miércoles, 27 de agosto de 2008

KRAKATOA


Hoy se cumplen 125 años de la erupción del volcán Krakatoa. La terrible explosión lanzó multitud de cascotes al océano y originó un gran tsunami, que acabó con la vida de unas 30.000 personas. Durante varias décadas, los restos del volcán quedaron sumergidos en el Índico, pero a partir de 1927 los restos del "Anak Krakatoa" (el hijo de Krakatoa, en Indonesio) comenzaron a emerger. Desde esa fecha, el Anak Krakatoa no ha cesado de crecer, y en la actualidad constituye un islote que se eleva más de 200 metros sobre el nivel del mar.
La erupción de este volcán en 1883 es uno de los mayores desastres naturales de la historia. Como otros temas y centros de interés medioambiental, los desastres naturales también tendrán su espacio en nuestro Proyecto de Innovación Educativa.

Según Vicente Soler (vulcanólogo del CSIC) la explosión del Krakatoa es una catástrofe que puede repetirse en cualquier otro volcán del Cinturón de Fuego. No obstante, son muchos los expertos que coinciden en que, de darse de nuevo una erupción como la de hace 125 años, las consecuencias no serían tan devastadoras. El motivo, según Soler, es que "las erupciones presentan síntomas premonitorios, que ahora estamos en condiciones de identificar para tomar las medidas oportunas".
Ken Wohletz (vulcanólogo americano) afirma que el Krakatoa tuvo en el año 535 una erupción 20 veces mayor que la de 1883, tan potente que provocó cambios en el clima que afectaron a todo el planeta. No en vano, se calcula que la erupción de hace 125 años provocó un descenso de las temperaturas globales de 1,2 ºC. Otro volcán, el Huaynaputina (Perú) entró en erupción en 1600, e hizo que el año siguiente fuera el más frío en seis siglos.
La vida en un lugar estéril, como el Krakatoa tras emerger del agua, ha sido estudiada detenidamente. Así, sólo nueve meses después de que el volcán se hiciera visible, ya se encontró una araña aferrada a una roca. Una década después la parte inferior de las laderas del Krakatoa estaba cubierta de vegetación. En la actualidad los investigadores descubren allí unas 30 especies vegetales cada día.


(Noticia extraída del artículo "Krakatoa. La bomba sigue creciendo", publicado por Daniel Mediavilla en el diario "Público" el miércoles 27 de agosto de 2008).

sábado, 23 de agosto de 2008

LA VIDA EN EL DESIERTO

A primera vista, puede parecer que lugares como el de la fotografía no son más que vulgares zonas desérticas, pedregales o arenales. Sin embargo, albergan una fauna y flora muy rica, que se está perdiendo a pasos agigantados. La razón de esto es la falta de protección de estos ecosistemas, que se están degradando y urbanizando constantemente.
Muestra de la riqueza de estos paisajes es que en los últimos años se han descubierto decenas de nuevas especies, hasta entonces sólo conocidas en África, Oriente Medio y en las zonas más desérticas de Asia Central.
Como afirma Van den Berg, es muy importante proteger los ríos, los lagos, los bosques donde la Naturaleza muestra toda su belleza, pero no debemos olvidar estos ecosistemas que, si bien parecen menos espectaculares, también merecen ser conservados.
(Noticia escrita por Eva van den Berg, y publicada en National Geographic en marzo de 2005)
(Fotografía de Andoni Canela)

viernes, 15 de agosto de 2008

LA GRAN MURALLA VERDE


Según una noticia aparecida el pasado martes en el diario Público, Senegal ha puesto el primer árbol (que no piedra) para la construcción de una Gran Muralla Verde, un ambicioso proyecto que implica a numerosos países de África con un objetivo común: frenar el avance del desierto mediante la construcción de una enorme franja de bosque de dimensiones descomunales (7000 kilómetros de largo y 15 kilómetros de ancho). Cada año el Sahara se apodera de 1,5 millones de hectáreas del territorio de países como Mali, Senegal, Sudán o Etiopía. Afortunadamente, la solución a este problema ya está en marcha, y el pasado 1 de agosto Senegal comenzó la construcción de una barrera vegetal (formada básicamente por acacias, tamarindos, o azufaitos) que, con el tiempo se extenderá desde el Atlántico hasta el Índico, uniendo Dakar con la República de Yibuti. Pese a todo, la tarea no va a resultar nada fácil, pues la gran barrera verde debe atravesar países como Chad (que es muy pobre, y está inmerso en una gran crisis interna) o los países del Cuerno de África (amenazados por una hambruna que alcanza a millones de personas). Ojalá que este proyecto se haga realidad.

(Noticia extraída del artículo "África levanta una barrera contra el Sahara", escrito por Manuel Ansede y publicado en el diario Público 2l 12 de agosto de 2008.)